Al desembre el grup de “El señor de los anillos LTDD”, després d’algunes partides introductòries organitzades pel nostre company Dani Balles, va decidir que jugaríem la campanya “Cazador de Sueños” no en modo campanya (encara) però com si ho fos. Ho tractariem com aventures independents però seguides una darrera de l’altra.
Tot i que al començament varis membres del grup es va interessar en participar a la “campanya” finalment només el Dani (instigador suprem), el Roger (líder a l’ombra) i jo mateix (Alfredo) estem participant.
Cadascú de nosaltres vàrem escollir especialitzar-nos en uns tipus de races de personatge per intentar evitar duplicitats de personatges únics. Així el Dani va escollir portar elfs o Rohan, el Roger es manté fidel als seus nans, i jo hobbits o Gondor.
Portem una mica més de la meitat de la campanya i us explico més o menys el que ens ha passat. NOTA IMPORTANT: a partir d’aquí hi haurà informació sobre la campanya i per tant hi haurà spoiler. Et recomano no continuar llegint si creus que voldràs jugar-la i sorprendre’t amb els esdeveniments tu mateix/a. També comentar que escriuré en castellà perquè estem jugant en aquest idioma i no vull arriscar-me a traduir malament noms propis.
“El grupo de heroes había decidido dirigirse hacia los Puertos Grises como descanso después de haberse enfrentado a horrores en el reino del terror y en atención a un requerimiento de Círdan el Carpintero de Barcos y señor de los Puertos Grises. Al llegar allí fueron recibidos por el mismísimo Círdan y por lord Calphon de Dol Amroth quien había venido directamente de Gondor en busca de la ayuda élfica. Al parecer lord Calphon había estado soñando reiteradamente con una isla cuya descripción podría coincidir con una cubre de la hundida Númenor. Círdan tenía el presentimiento que un gran peligro perseguía a Calphon y solicitó la ayuda de los heroes para que le acompañaran a buscar la isla de sus sueños.
Ansiosos por ayudar de cualquier manera que estuviese en su mano, la compañía accedió. El Carpintero de Barcos les hizo entrega de su recién construido Oloroitarë, el Cazador de Sueños, para que pudieran unirse a la flota de Calphon y zarparon.
A pocos días de iniciada la travesía por el gran mar fueron perseguidos y atacados por varios navios corsarios. Era sorprendente que les siguieran desde tan lejos y durante tanto tiempo. Algún motivo les llevaba a actuar así y los heroes quisieron descubrirlo.
Al dia siguiente atisbaron tierra. Al parecer habían llegado a su destino. Una isla enorme en cuyo centro se erguía la cumbre de lo que antaño debió de haber sido una alta montaña. En el interior de la espesa jungla de la isla había torres rotas y antiguas ruinas.
Explorar la isla desconocida fue agotador, pero lo que hizo realmente peligroso el viaje de la compañía fue la acometida de unos impíos no muertos que les ostigaron hasta que llegaron a un imponente templo escondido en la ladera de la montaña. En cuanto cruzaron el umbral sintieron la presencia de algo oscuro y maligno. Los tapices y las estatuas mostraban al malvado Morgoth como un ser de gran poder. Debió de ser un templo erigido en su honor por algunos númenoreanos impíos que en los días oscuros antes de la destrucción de Númenor lo adoraban.
Registraron el templo en profundidad pero no vieron nada hasta que Calphon detectó un pasadizo oculto que daba a un corredor estrecho y húmedo. Llegaron a una pequeña sala con un altar elevado en su centro. Sobre el altar había una gran llave de hierro negro. Calphon la cogió perplejo sin entender qué cerradura abría. Decidieron volver a consultar con Círdan este nuevo enigma.
La travesía de vuelta a los Puertos Grises fue larga pero no tan peligrosa como la ida al no haber corsarios acechando a cada momento. Al llegar a su destino fueron recibidos por campanas repicando y elfos cantando. Círdan les recibió y se interesó mucho por la historia de la compañía. Los elfos examinaron atentamente la misteriosa llave negra pero no supieron qué cerradura podría abrir aunque sí detectaron maldad en ella. En mitad de la reunión oyeron alboroto en las torres de vigía. Al parecer varios barcos corsarios estaban atacando los barcos de los muelles.
La batalla fue encarnizada y se perdieron varias naves por culpa de las llamas. Pero con la ayuda de los héroes, los elfos lograron cambiar las tornas de la batalla y rechazar a los corsarios. El líder corsario llamado Sahír ordenó la retirada y sus barcos huyeron rápidamente hacia el oeste para alejarse del Golfo de Lune.
Los elfos apagaron los fuegos restantes e hicieron inventario de lo que habían perdido en la incursión. De todo, lo peor fue encontrar al noble Calphon muerto en el suelo de su habitación junto con sus guardaespaldas. Tenía una profunda herida en el pecho producida por una espada y no había rastro de la misteriosa llave. Los corsarios se la habían llevado y no tenían tiempo que perder. Los héroes presentaron sus últimos respetos al noble de Dol Amroth y zarparon rápidamente con lo que quedaba de la flota gondoriana y el Cazador de Sueños que había sobrevivido al ataque corsario.
Navegando a toda velocidad gracias a un viento propicio pronto dieron con la flota corsaria. La persecución duró más de lo que ambos bandos habían anticipado. Aunque los héroes redujeron rápidamente la ventaja de la nave insignia pirata llamada Tormentera, antes de que la travesía hubiera llegado a su fin el viento cambió a peor. Terribles vientos y fuertes olas ralentizaron su avance y otros barcos corsarios los atacaron siempre que pudieron. El Cazador de Sueños prevaleció ante todos los contratiempos, para consternación de la tripulación del Tormentera que maldecía a los héroes. Tras muchos días de viaje por fin alcanzaron a los corsarios al doblar el Cabo de Andrast en la frontera meridional de la costa del oeste. Una terrible tormenta azotaba los mares y amenazaba con hundir ambas flotas.
Cuando los cielos se calmaron el mástil del Cazador de Sueños había empezado a astillarse, y sus velas estaban rotas. Por suerte, el Tormentera no estaba mejor. Quienes estaban en condiciones de pelear alzaron sus espadas al cielo dispuestos para el combate.
Abordar el Tormentera no fué tarea fácil. El combate contra los incursores fué rápido y feroz pero un repentino y aterrador ataque de un gigantesco monstruo marino con enormes tentáculos hizo que ambos bandos se vieran obligados a unir fuerzas para evitar el hundimiento del Tormentera.
Consiguieron vencer al monstruo después de desmembrarle muchos de sus brazos y éste se hundió en las profundidades del océano. Al volver su atención los unos y los otros los héroes instaron a rendirse a los corsarios. Para sorpresa de todos el capitán pirata tiró su sable sobre la cubierta y se rindió. Se presentó como Sahir y también a su primera oficial llamada Na’asiyah. Aunque confundidos todos los corsarios imitaron a su capitán y se desarmaron.
Los héroes los cogieron como prisioneros atándoles brazos y muñecas y los llevaron a un calabozo improvisado bajo la cubierta del Cazador de Sueños donde, para sorpresa de los piratas, fueron tratados con respeto y humanidad, no como habrían hecho ellos.
Era patente que debían encontrar tierra lo antes posible para reparar el mástil de la nave élfica que hacía terribles ruidos. El capitán pirata sugirió dirigirse hacia una isla hacia el este no lejos de allí con muchos árboles de los que sacar madera y comida suficiente para todos. Los héroes parlamentaron entre ellos desconfiados pero sus opciones estaban muy limitadas así que accedieron a regañadientes.